La Comisión de Madres y Padres por la Educación Laica junto al Movimiento Socialista de los Trabajadores, presentó un amparo en la Justicia para eliminar la educación religiosa de las escuelas públicas.
“Sentimos que la enseñanza católica es discriminadora para aquellos niños que responden a otras creencias. Las instituciones están imponiendo una determinada religión y quienes no pertenecen a ella terminan aislados de la comunidad educativa”, expresó Lita Alberstein, presidenta del partido.
La funcionaria entiende que nuestra provincia viola la Constitución nacional ya que la misma expresa que se debe garantizar una educación inclusiva, laica y gratuita. “Nos tenemos que adecuar a los nuevos tiempos sin discriminar”, agregó.
El amparo expresa el pedido de eliminar la enseñanza religiosa de cualquier tipo en horarios escolares al igual que las realizaciones de festejos o ritos. “En todos lados es un derecho individual menos en Tucumán. Si se quiere enseñar que sea optativa y, sobre todo, extra curricular”, consideró.
La última provincia en cambiar su forma de enseñar fue Salta, a fines del año pasado. A raíz del fallo de la Corte Suprema de la Nación -que llevó varios años en la Justicia y prohibió la enseñanza religiosa en los establecimientos de la provincia vecina-, se decidió hacer lo mismo en Tucumán. El documento fue presentado la semana pasada en la Sala II de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán.
“El objetivo es generar una educación igualitaria, en la que se respeten los derechos individuales de los niños”, finalizó Alberstein.
La palabra de la Iglesia
"En primer lugar, se reconoce el derecho de aquellos que se sienten discriminados por la enseñanza religiosa, de presentar ante la Justicia su situación. Ahora bien, nos parece también conveniente manifestar que la enseñanza religiosa en las escuelas hunde en nuestra Constitución provincial", expresa el comunicado compartido por el arzobispado en su página web y que lleva las firmas del arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, y de los obispos José María Rossi, de la Santísima Concepción, y Demetrio Jiménez, de Cafayate.
"Como comunidad católica estamos dispuestos a ofrecer nuestros mejores esfuerzos en pos de este ideal de convivencia, de tal modo que, así como no debemos imponer, tampoco debemos eliminar una propuesta que es vivida como un bien para todos", concluye el escrito.